Desde hace tiempo me gusta todo lo relacionado con la Astronomía. No soy un erudito ni mucho menos y apenas sé lo básico, pero me atrae lo que acontece más allá de nuestra canica azul. Quizás por eso la Ciencia Ficción es uno de mis géneros preferidos, tanto en cine como en literatura. La fascinación por la inmensidad del espacio me llevó a imaginar la novela «El colono».
En mi novela utilizo el siempre socorrido recurso de los portales intergalácticos para que el protagonista pueda ir a un exoplaneta por medio de los agujeros de gusano.
Sin embargo, a lo que voy es que es posible la existencia de un planeta como el de mi libro. Y si seguís leyendo, comprobaréis que es sólo una cuestión de probabilidades.
Unas pocas cifras sobre el espacio
No sé cómo andaréis de conocimientos estelares, pero os contaré alguna cosa para que os hagáis una idea de lo que estamos hablando.
Nuestro lugar en el vecindario más cercano
De la Tierra hasta la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri, del sistema Alfa Centauri que tiene tres estrellas en total, hay 4,2 años luz.
Es decir, que si viajásemos durante cuatro años a 299.792.458 metros por segundo llegaríamos a nuestra meta. Eso, como bien sabéis, es mucha distancia. Actualmente, no hay ingenio mecánico que pueda alcanzar siquiera un cinco por ciento de esa velocidad, así que en realidad tardaríamos «océanos de tiempo» en llegar con nuestros «cacharros espaciales» de ahora. ¡Y eso que es la estrella más cercana!
Los artefactos humanos que más lejos han llegado en el espacio han sido las sondas Pioneer y Voyager. Ambas clases cuentan con varios aparatos y fueron lanzadas en la década de los setenta.
Pues bien, hace más de 38 años que estos artefactos surcan el Sistema Solar (y a gran velocidad, todo sea dicho: la Vogager 1 lo hace a unos once segundos-luz diarios; unos 60.000 Km/hora) y… ¡Todavía no han salido del influjo de nuestra estrella!
Las Voyager andan por la heliopausa, aunque los científicos piensan que han salido ya de allí. En cualquier caso, después de tantos años, imaginaros lo que cuesta salir sólo de nuestro sistema.
Y ahora es cuando vienen las verdaderas cifras astronómicas :)
Nuestro lugar en la galaxia
Teniendo presente lo anterior, se calcula que sólo nuestra galaxia alberga más de doscientos mil millones de estrellas. Es una cifra espantosamente irreal, así que entrad en esta web para ver a la vecina galaxia de Andrómeda y darle al zoom al máximo. Cada puntito que veis es una estrella, separada de su vecina por unos cuantos años luz.
Como el Sol está metido en la Vía Láctea es imposible que veamos nuestra propia galaxia en conjunto, por eso pongo la de Andrómeda. Ahora os vais haciendo una idea, ¿verdad?
Si sólo una galaxia puede contener tantos miles de millones de estrellas, no hace falta ser Einstein para suponer que una sola galaxia es un microuniverso en sí mismo y que de tantas estrellas tiene que haber alguna que albergue un planeta habitable, aparte del nuestro.
Gracias a la misión Kepler, un telescopio que ha descubierto más de mil exoplanetas en apenas un puñaico de estrellas, los científicos han extrapolado las cifras al resto de la galaxia y han calculado que la Vía Láctea podría contener hasta 160 mil millones de planetas. ¿Mareante? Y eso sólo en nuestra querida galaxia lechera ;)
De toda esa cantidad de planetas, piensan que al menos unos cien millones podrían albergar vida. Aunque la probabilidad de que algunos de ellos tuvieran vida inteligente, es algo que no se puede suponer con tanta exactitud.
Incluso hay algún astrofísico que piensa que sólo una de cada diez galaxias podría contener vida compleja, lo que aún así nos dejaría todavía con miles de millones de galaxias que sí podrían tenerla.
Nuestro lugar en el Universo
Y para rizar el rizo, si todavía queréis unas cuantas cifras gordas más, se calcula que en el Universo observable, que no es todo el universo, sino hasta donde podemos llegar mirando desde la Tierra hay unos 200 mil millones de galaxias.
¿Habéis visto la imagen anterior? Cada uno de los puntos de colores en esa imagen del telescopio Herschel no es una estrella como puede parecer, sino que corresponde a una galaxia que contiene a su vez miles de millones de estrellas.
Y ya habéis leído la de planetas que podrían contener cada una de estas galaxias.
¿Cómo se os ha quedado el cuerpo? ¿Empezáis ya a comprender porqué todos esos supuestos avistamientos de naves extraterrestres no son más que chorradas?, ¿por qué no nos llegan señales de radio desde el espacio? o ¿por qué es poco factible salir de viaje interestelar con una nave al uso?
Yo sí pienso que haya vida más allá de la Tierra, pero no me creo que civilizaciones extraterrestres hayan conseguido llegar hasta nosotros.
Y tampoco creo que, salvo que se invente algo muy de novela de ciencia ficción, podamos llegar muy lejos (en distancia) en nuestra aventura espacial.
El planeta de «El colono»
Llegados a este punto, es más que razonable pensar, como sugieren los astrónomos y demás científicos, que existen cientos de miles de millones de planetas por todo el Universo que están en la zona habitable de su estrella, que poseen las condiciones necesarias para crear y mantener vida y que son tan variados que, por pura estadística de probabilidades, muchos de ellos serían muy parecidos a la Tierra, incluso añadiendo los condicionantes que supusieron la vida en nuestro planeta y que prosperó sólo gracias a un cúmulo de casualidades.
Y es en eso a lo que me agarro y justifico esa parte de mi novela: a que de tantos centenares de miles de millones de planetas del Universo, alguno ha de ser similar a la Tierra.
Ahora, en mi novela el planeta donde va a parar el protagonista es mucho más grande que la Tierra, pero, en un momento dado, se sugiere que es un mero satélite de otro planeta mucho mayor.
Esto también es factible, porque en nuestro propio Sistema Solar, hay varios satélites en Júpiter y Saturno, que son más habitables que sus planetas «madre». Son rocosos cuando los planetas que orbitan son gigantes gaseosos, donde ni una sonda podría posarse.
Por lo tanto, a la cifra de planetas posiblemente habitables tendríamos que añadir otra cifra ingente de satélites de los mismos que reunirían quizás hasta mejores condiciones para la vida. Por tanto, las probabilidades aumentarían si cabe un poco más.
Siendo el planeta de El Colono un planeta tan grande, ¿No tendría una gravedad aplastante? Bien, aquí me puedo justificar con que ese planeta tiene una composición más ligera que nuestra Tierra, que le hace tener una gravedad similar a la terrestre pero con un tamaño mayor.
Como colofón a esta entrada tan espacial, os añado un vídeo que ha realizado un aficionado ruso sobre cómo sería el cielo terrestre si cambiásemos la Luna por los demás planetas del Sistema Solar a la misma distancia que nuestro satélite.
También ha hecho otro parecido, pero cambiando el Sol por otras estrellas conocidas. Estos vídeos me llevan a pensar en los cielos de todos esos exoplanetas que abarrotan el Universo y en sus inquietantes y oníricas noches mostrando lo que no podemos ni imaginar.
Más sobre la novela El colono.
Deja una respuesta