No recuerdo muy bien cuándo fue la primera vez que escribí algo pretendiendo que surgiera una historia o un relato. Creo que desde la adolescencia, aunque no estoy muy seguro de ello. Cuando estudiaba primero de BUP en el instituto nocturno (sí, soy de esa época aunque no soy nada nostálgico como les pasa a muchos de mi generación), tuve la suerte de tener a un profesor estupendo que me hizo darme cuenta de que esas tonterías que escribía podían estar bien y que hasta podrían llegar a gustar a otros. Aquel año gané un premio de literatura en dicho centro que me subió mucho la moral. Al poco, mandé otro de mis relatos a un programa de radio (que echaban los domingos por la noche en M80) y fue seleccionado para ser leído en antena. Creo que todavía lo tengo por ahí grabado en una cinta de casete.
Y bueno, pues ese es todo mi currículo literario, si se puede llamar así. Como veis, ni he ganado premios literarios locales de importancia, ni he publicado una mísera página, ni escribo 10.000 palabras todos los días como aconsejan los «grandes» gurús del mundillo (aunque debería hacerlo, todo sea dicho), ni frecuento amenos grupos literarios escuchando a barbudos con camisa de leñador. Eh, es broma, no se me ofendan.
Eso sí, siempre me ha gustado hacer cosas creativas, ya sea en forma de relatos, dibujos… Gracias a Internet pasé a experimentar con la tecnología que ofrecía esta, supongo que siempre buscando la satisfacción que produce hacer cosas por el simple placer de hacerlas. Crear páginas y ver cómo tenían un cierto éxito y experimentar con ellas. Lo malo es que tampoco he sido muy constante y que el tiempo para dedicarle a ello fue disminuyendo progresivamente, sobre todo por motivos laborales y, luego, personales al tener un «enano» en casa :)
Es cierto que nunca se fue el gusanillo, pero aquello jamás pasó de ser una afición y he estado muchísimos años sin escribir una línea. Quién sabe, quizás en aquel primer momento, si hubiera habido Internet y todo lo que este maravilloso mundo podía ofrecer a cualquiera, me hubiera planteado tomármelo más en serio. En fin, el caso es que desde hace un tiempo he retomado la afición y le he vuelto a coger el gusto.
No me tiembla el pulso en escoger una saga de cinco o seis volúmenes o un relato corto de apenas veinte páginas. Novelas de ciencia ficción, terror, policíaca, costumbrista, fantástica, clásico, histórica, de todo, hasta algún caso puntual de novela de corte romántico (alguno erótico, ejem, también ha caído) hasta de realismo sucio como Miller o Bukowski, por ponerme un poco «barbudo gafapasta».
Como digo, soy capaz de leer un tocho de más de mil páginas de un libro de historia sobre, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial, y atacar después una novela de ciencia ficción de los años setenta. Me gustan los libros de historia pura y dura, diarios verdaderos de viajeros, biografías de algunos personajes que me son interesantes… Como digo: de todo. Creo que cerrarse a un sólo género o autor, a una categoría literaria, es limitarse adrede y, en cierto modo, a ir de intelectual de pacotilla por la vida cuando sólo se lee lo que recomiendan en determinados círculos literarios, denostando otros géneros por considerarlos menores. Salvo los libros propagandísticos políticos, de todos los demás siempre se puede aprender algo. En la música me pasa otro tanto y no tengo tampoco muchos remilgos a la hora de escuchar cualquier estilo.
Supongo que todos los que somos lectores compulsivos hemos hecho nuestros pinitos con algún relato de nuestra cosecha. Yo decidí ir un poco más allá y me salieron algunos libros ;)
Espero que si os gusta lo que habéis leído me lo hagáis saber. Eso siempre me ilusiona y me da ánimos para seguir. Y si no… Pues también, aunque si es así os pido que me valoréis según el baremo en el que me encuentro.
Si por alguna razón queréis poneros en contacto conmigo podéis mandarme un email a jgarciaher(simbolito)gmail.com. O a través de este formulario de contacto. Me he abierto recientemente una cuenta en Twitter, donde podéis utilizarla también.
Un fuerte abrazo a tod@s.