No se preocupen, no voy a reseñar todas las series que he visto. No veo tantas, como ya expliqué en mi última entrada sobre «The Witcher«.
Sin embargo, creo que la serie «The mandalorian«, o el mandaloriano en español, merece la pena ser reseñada. Por dos motivos:
- Es una buena serie
- No tiene nada que ver con las truñopelis de Star Wars que han sacado en los últimos años.
Sobre el primer punto lo veremos en un momento, sobre lo segundo ya lo comentaré en otra entrada porque creo que da para ello.
Reseña de «El mandaloriano»
¿Qué tenemos en esta serie? Pues una historia bien simple y efectiva: un tipo del que no sabemos nada se encuentra en un planetucho donde hay restos del antiguo Imperio Galáctico derrotado desde el «Retorno del Jedi».
A diferencia de aquellos soldados de asalto (stormtroopers) de blanco inmaculado, los que aparecen aquí llevan la armadura sucia y amarillenta. Simplemente con ese detalle ya sabemos que lo que queda del Imperio no tiene ni los efectivos ni los recursos de antaño y debe conformarse con lo que hay.
Sin embargo, tampoco hay demasiada ley de la Nueva República, ya que, por eso mismo, por la existencia todavía de soldados de asalto, podemos intuir que los vencedores de la Guerra Civil galáctica no están en todas partes ni mucho menos.
Es ahí donde personajes como Mando, así llamado el mandaloriano de esta serie, medran a su antojo, en un paraíso para cazarecompensas, contrabandistas y demás gente de mal vivir.
Al mandaloriano lo contratan para ir tras alguien y capturarlo. Hay buena recompensa y Mando acepta.
Tras esto vendrán unos cuantos capítulos de corta duración, acción trepidante y, lo que de verdad es lo mejor de esta serie y se diferencia de las películas, es que sigue un planteamiento muy fácil de seguir y no se va por las ramas con otras historias secundarias que no le importen a nadie. Lo dicho, en las últimas películas de la saga hay demasiado de esto último y por eso por ahí naufragan.
«The mandalorian» es una serie del Oeste de toda la vida, pero ambientada en Star Wars. Y por eso es tan fácil de ver y seguir.
A estas alturas casi todo el mundo ya sabe que ese a quien tiene que buscar es baby yoda. En realidad, nunca se sabe su verdadero nombre y el apodo no se lo pone el mandaloriano o algún otro personaje, si no los espectadores de la serie que, de manera casi unánime, han sucumbido al encanto de esa pequeña cosa verde cono poderes.
Hasta en mi casa, qué remedio. Ya tenemos unos de esos muñequitos hechos con ganchillo cortesía de mi mujer y mi hijo.
¿Por qué es una buena serie como afirmo al principio? Pues porque cumple los preceptos necesarios, para mí, para serlo:
La trama es fácil de seguir. Con esto no quiero decir que las tramas más sesudas sean un rollo, ni mucho menos, pero hay que saber llevarlas para que no resulte un pastiche.
Muchas series sí lo hacen bien y otras no tanto. En «The mandalorian» la trama la sigue hasta un niño de primaria porque el tema es el que es y no necesita enrevesarlo al estilo de «Juego de Tronos». Supongo que una de las órdenes de los mandamases sería eso mismo: que fuera una serie para un amplio espectro de gente. Cuantos más, mejor.
Lo cual puede ser bueno, si está bien llevado o una ñordiserie tipo de algunas series patrias que abundan por aquí si está mal llevado.
Otro punto positivo es que hay personajes con los que conectamos. ¿Quién no ha visto alguna serie, o película, con cuyos protagonistas no sentimos la más mínima empatía?
Con Mando se puede tener, porque si bien es en principio un tipo duro, al margen de la ley, y al que no se le ve la cara en toda la serie (casi) demuestra tener un código de honor (con los mandalorianos), que acoge al pequeño lagartijo mini Yoda porque, en el fondo, se ha encariñado con él y lo protege a toda costa.
El tipo ha tenido una infancia sin padres como aquel ser y se siente identificado con sus temores.
Eso hace que no resulte un personaje plano como podía haber pasado si hubiera ido más en plan tipo duro paseloquepase.
Otra cosa: las aventuras duran lo que tienen que durar. Cada capítulo te cuenta una historia diferente y autoconclusiva (excepto los dos finales) y eso hace que el ritmo sea rápido.
Hay cierto humor muy bien llevado. Este humor se nota en pequeños momentos. Como ese de la mala puntería legendaria de los soldados de asalto versión de dos motoristas que no son capaces de acertar ni a un metro de distancia.
Es muy bueno y da gusto ver que en esta serie se ríen de sí mismos. Eso es muy sano y es una buena manera de hacer un guiño al espectador como diciendo: «Hey chicos, que sabemos los chascarrillos que hay sobre nuestra supuesta inutilidad a la hora de apuntar, pero lo llevamos bien».
Los efectos especiales son básicos, pero efectivos. No se nota el cartón piedra que pueda haber y las escenas de naves están muy bien hechas. El baby yoda se nota que es un muñeco y no hecho con CGI y es muy obvio, pero está bien que sea así, que no sea todo hecho con ordenador como la primera trilogía de Star Wars que parecía que estabas viendo las escenas cinemáticas de un videojuego.
De los secundarios destacaría al actor Carl Weathers (Greef Karga), el mítico Apolo de Rocky que han rescatado de la fosa de las Marianas holywoodiense y que está francamente bien en su papel de conseguidor de curro para cazarecompenas.
Quizás la chica ex soldado, Cara Dune, interpretado por Gina Carano flojea un poco. Pero es que esta chica es más una luchadora metida a actriz que otra cosa. El caso es que su papel es más físico que otra cosa y por eso la eligieron. No rechina, pero podía mejorar.
Resumiendo, «The mandalorian» es una buena serie palomitera, que se deja ver muy bien si lo que buscas es puro entretenimiento. No le des más vueltas a la trama ni a sus personajes.
La ves, te entretienes y sigues con lo tuyo, esperando que hagan la segunda temporada para regresar de nuevo a ese nuevo mundo de Star Wars que es más el salvaje oeste que la Galaxia.
Deja una respuesta