Reseña del cómic-manga «Gantz», de Hiroya Oku

Reseña informal sobre el clásico del manga GANTZ. Un cómic japonés que dio que hablar por la violencia explícita tan brutal. ¿Me gustó?

Gantz es una serie de manga que se destaca por su contenido violento (muy violento), y explícito, pero también por su trama intrigante y llena de acción.

Gantz es un no parar de acción, aunque intercalado también con un pseudo drama amoroso adolescente, combinado con algo de bullying escolar y aderezado con litros de sangre y de lloros, sumado a unas dramatizaciones desatadas dignas de un telenovelón.

Desde el principio, la serie establece una atmósfera oscura y sombría que se mantiene a lo largo de toda la historia, lo que hace que el lector se sienta inmerso en un mundo peligroso y lleno de incertidumbres.

Un cómic creado por Hiroya Oku en el año 2000 y que se publicó hasta el año 2013, tras 37 volúmenes que dieron uno de los mejores mangas de la época, o eso dicen algunos entendidos. Pero, ¿Es eso verdad?

Vamos con la reseña, y sí, está lleno de spoilers a raudales. Ojo.

El colono
1,49 €
Formato digital
Género ciencia ficción - space opera
Unas 150 páginas
Superviviente
1,49 €
Formato digital
Género postapocalíptico
Más de 600 páginas
El poder
0,99 €
Formato digital
Género comedia romántica fantástica
Cerca de 50 páginas

¿De qué va el manga Gantz?

La historia comienza con Kei Kurono, un estudiante de preparatoria desmotivado y egoísta que se encuentra en el metro de Tokio junto a su amigo de la infancia, Masaru Kato.

Mientras están en la estación, Kei ve a un indigente que ha caído a las vías y decide ignorarlo. Sin embargo, Masaru intenta ayudarlo y Kei, en contra de sus principios de pasar de todo, lo sigue para echarle una mano a su colega de antaño. Resultado: ambos terminan siendo arrollados por el tren.

Manga Gantz
Aquí empezó todo. Quién iba a decir que de una muerte tan rara forjaría una gran amistad.

Deberían haber muerto, pero no. Simplemente han desaparecido a la vista de los asombrados testigos que no dan crédito a lo que acaban de presenciar.

Cuando Kei y Masaru despiertan, se encuentran en un apartamento desconocido junto con otras personas que han muerto recientemente. En el centro de la habitación, hay una esfera negra gigante llamada Gantz. De repente, una voz les dice que tienen que cazar a unos alienígenas que han invadido la Tierra para poder sobrevivir.

Gantz equipa a los participantes con trajes especiales, armas avanzadas y les envía a misiones de caza de alienígenas en Tokio. Si completan la misión, ganan puntos y pueden canjearlos por armas más poderosas, trajes nuevos y la posibilidad de revivir a una persona muerta de su elección.

Kei, Masaru y otros miembros del grupo, incluyendo a la hermosa y misteriosa Kei Kishimoto (su tocaya), forman un equipo para completar las misiones y sobrevivir a la caza de Gantz. Sin embargo, las misiones se vuelven cada vez más peligrosas y complejas, y los miembros del equipo comienzan a enfrentar consecuencias graves y traumáticas debido a su participación en la caza de alienígenas.

Además de las misiones de caza, la trama de Gantz también se centra en la vida personal de los personajes y en sus problemas emocionales. Kei, por ejemplo, tiene que lidiar con su comportamiento pasado egoísta y enfrentarse a sus verdaderos sentimientos por Kishimoto, mientras que Masaru trata de convertirse en un héroe para salvar a su hermano menor y proteger a su equipo.

A medida que la trama avanza, los personajes descubren la verdad detrás de la caza de alienígenas y de Gantz, lo que les lleva a enfrentar desafíos aún mayores y a tomar decisiones difíciles que pueden poner en peligro sus vidas y las de aquellos que aman.

A través de sus misiones y experiencias, los personajes se enfrentan a problemas personales y traumáticos y descubren la verdad detrás de la caza y de su propia existencia.

Analicemos este manga

Leí este manga, el segundo que leí en mi vida tras la fenomenal Akira, en el tren durante unos cuantos meses. Me bajé los PDF de todos los tomos, 37 en total, y en la hora de ida al trabajo y la hora de vuelta del mismo, me zampé toda la serie apenas sin respiro. Eso dice mucho de esta obra: es absorbente.

Quizás demasiado.

Porque puede parecer que has leído lo mejor del mundo, como si te hubieras comido un magnifico chuletón de buey. Pero una vez reposada la comida, te vas dando cuenta de que hay cosas que si bien las digieres sin rechistar, algunas te repiten un poco. Volveremos sobre esto más adelante.

No es un manga para todo el mundo, aviso.

Hay gore a raudales y momentos se sexo más o menos explícito, aunque abundan más los primeros que los segundos.

El papel de las mujeres que aparecen es muy cliché, quedando la mayoría de ellas retratadas como simples floreros de buen ver. Desde luego, en la sociedad actual choca bastante ver representadas a las mujeres como por ejemplo la novia de Kei, Tae Kojima, de la que hablaremos a continuación.

Las mujeres están muy estereotipadas e incluso a veces de manera muy zafia, con esas chicas con pechos grotescamente enormes o cómo algunas se rebajan ante un hombre, como la chica que aludíamos al principio, Kei Kishimoto que se va a vivir con su tocayo al principio de la saga, y acepta ser… ¡Su mascota!

Pero Kei Kishimoto no quiere saber nada de Kei Chan, ya que está enamorada de Masaru Kato, el amigo. Aquí la cosa se pone un poco culebrón, donde el interés romántico de los dos protagonistas van variando según el género que se les ponga por delante.

Kei Kurono (Kei Chan) acaba encontrando su media naranja en una compañera del Instituto: Tae Kojima.

Esta chica se merece una mención aparte. Tae es una chica, en principio de 17 años pero que físicamente y por su forma de ser parece que tiene 14 o menos. De hecho, un chaval de esa edad, en un momento dado de la historia, pensaba que esta tenía su edad y Tae, muy ufana, le responde que nanai, que ella es mucho mayor que él.

Pues bien, Tae sale por primera vez pasados ya unos cuantos episodios, en clase de Kei, con quien comparte el estigma de ser unos don nadies.

Kei Kurono en el cómic Gatnz
Este es Kei Kurono enfundado en su traje negro superpoderoso, regresando a la esfera Gantz tras una alegre excursión.

Ella menos, pues ni siquiera es guapa, alta o con curvas como les gusta a los chavalotes. Todo lo contrario, Tae es bajita, con cara de niña, sin apenas formas acordes a su edad, muy ingenua, algo tontita diríamos. La ensoñación perfecta del adorador de niños japonés.

Kei, a consecuencia de perder una apuesta, tiene que pedir a Tae salir con él, lo que ella acepta sorprendida de que alguien se haya fijado en su discreta existencia. Y así comienzan una relación, que al principio es forzada pero que luego terminará cuajando, a pesar de Kei y su secreto inconfesable con la esfera negra.

Tae se convertirá desde entonces en la única motivación en un Kei San que parece que no tienen a nadie más a quien querer que a esa chica anodina. Y a ella se entrega en cuerpo y alma (literalmente). Pero el rol de esta chica se queda en eso. No tiene ninguna función en la trama salvo la de ser la motivación de Kei Chan para continuar.

En los capítulos finales parece que Tae adquiere protagonismo, pero en realidad no aporta nada ni salva la situación, escapando gracias a la ayuda de una extraterrestre y su amado. Ella no hace nada más que llorar, que hay que reconocerlo, lo hace muy bien.

Y es que hay cierto componente sádico en Gantz, con predilección hacia algunos personajes, que las pasan canutas de una forma exagerada. Incluso, hay varias escenas muy duras que te hacer torcer el gesto. ¿Es realmente necesario llegar a tanto en un manga de ciencia ficción?

Por ejemplo, con el siempre peliagudo tema del maltrato infantil, con ese niño pequeño (Takeshi) que tiene unos padres de mierda, y es adoptado después por su héroe musculoso. Pues bien, el pobre niño tiene una de las escenas más duras que recuerde yo en un cómic: la de su muerte.

Da mucha pena, pero es verdad que esta clase de maltrato no está casi nunca reflejada en este mundo del noveno arte y así de sopetón, siendo yo padre además, duele verlo tan gráficamente expresado.

También el tema del acoso escolar de otro de los chicos, que luego tendrá poderes paranormales, junto a su maestro que le enseñará a utilizar esos poderes. Lo malo es que este personaje recibe acoso de otros alumnos y de un profesor, quien más que acoso es abuso sexual.

También hay acoso al rarito (Nishi) que, al contrario que otros acosados, acaba con toda la clase. Al contrario que el anterior abusado, Nishi no se conforma con su destino y pasa a la ofensiva en otra de esas escenas difíciles de ver. Parece que en Japón es muy frecuente esto del acoso y en este manga se da bastante visibilidad a este problema.

Otra curiosidad, menos dramática, es ver cómo los japoneses se mofan de los americanos cuando estos confunden a los japos varias veces con chinos e incluso mongoles. Me resultó curioso que un manga japonés hiciera esa clase de mención, cuando yo pensaba que para ellos ser confundidos con chinos era algo muy ofensivo, pero vamos que al menos este autor tiene sentido del humor y nos muestra cómo los japoneses ven a los occidentales.

Al hilo de esto último, a los gantzeros americanos parece que al final de la saga los tienen como unos pros de mucho cuidado, que van de sobrados en todas las misiones y que no parece que haya rival que se les ponga a su altura.

Parece que a los japoneses se les cae la baba, sólo para ver que casi al final de la saga uno de los guerreros extraterrestres más fuertes se carga a todo el equipo yanqui con una facilidad pasmosa para que seguidamente venga Kei y el resto de nipones y lo venzan.

Ahí uno se da cuenta de que esa admiración en realidad se torna en una dulce venganza contra la arrogancia occidental.

Gantz también tiene sus cosas, y no buenas precisamente

La confusión de muchas de sus viñetas, sobre todo cuando están combatiendo, hacen que las tengas que casi analizar como un forense para darte cuenta de lo que está pasando. Muchos personajes también tienen un aspecto físico muy parecido, llevando esto al extremo cuando Kei es clonado y ¡tenemos a dos héroes en vez de uno!

Se nota que el autor utilizó modelos de 3D para muchos de los monstruos y, si bien en la mayoría de los casos no dan el cante, al final de la serie, en los dos últimos tomos, sí que hay algunos bichos que son poco inspirados.

Las tramas que no se cerraron o se quedaron olvidadas, como la de los vampiros. Una trama, por cierto, que sobraba, que no tenía ningún sentido cuando la metieron y que yo sólo lo achaco a que, tal vez, en aquella época se llevaban los vampiros por las películas esas para la muchachada sobre vampiros enamoradizos y esas cosas. No sé, a lo mejor no es por eso, pero es que trato de buscar una lógica a la inclusión de los vampiros con la trama de Gantz y no me sale…

El caso es que, vale, una vez que me pones a los vampiros, ¿por qué luego desaparecen sin más y no se dice ni mú de ellos al final de la serie?

Y ya puestos, porque viene a cuento con los vampiros, es el hermano del protagonista Kei, un tal Akira que es una fotocopia de aquel pero con el pelo más claro. Pues no sabemos nada de este tipo hasta que, un buen día, cuando el autor añade el arco vampírico, nos lo presenta… ¡Como un vampiro! Para luego terminar decapitado de mala manera. Ufff, que chasco de trama.

Otra cosa que me chocó mucho es la desatada pasión con la que sienten todo, tanto la pérdida de los amigos caídos en batalla como un mal de amores, pasando por el sufrimiento del acoso en el instituto. Todo al mismo nivel de sentimiento, de lágrimas a chorros (literal) y de palabras grandilocuentes. Uf, demasiado intenso.

Hay momento en los que, por ejemplo, en alguno de los numerosos encuentros tras una prolongada ausencia de los novios Kei y Tae, que ambos corren a abrazarse a moco tendido, lagrimeando hasta el éxtasis subiendo el nivel de pasión hasta límites que rozan el esperpento.

Tae Chan en Gantz
La pobre Tae Chan siempre llorando. Qué cosa.

¿Son así los japoneses? Me da a mí que todo lo contrario. Por lo que he leído, no son una sociedad precisamente conocida por abrirse tanto a los sentimientos y, a lo mejor, estos mangas son una especie de antídoto contra el estiramiento social imperante en su país, o una válvula de escape a todos esos sentimientos que sólo pueden expresar por medio de estos mangas.

No sé, no soy sociólogo ni experto en la materia, pero a lo mejor un japonés entiende mejor esas grotescas muestra de mega afecto como las que vemos en Gantz. Para un occidental creo que resulta un poco chocante, y eso que dicen que los europeos del sur somos más apasionados que los del norte, así no me quiero ni imaginar lo que pensará un sueco de esto XD

Hay momentos, sobre todo entre batallas, al principio de la saga, que Gantz parece más un cómic costumbrista romántico que de ciencia ficción. Es un descanso visual tras los terremotos visuales de la acción, que a veces se hacen, como ya he dicho, algo caóticos, pero a veces me daba mucha pereza asistir a esos pasajes de adolescentes con sus problemas de adolescentes. Por eso me preguntaba a menudo: «Soy demasiado mayor para esta mierda».

El final de Gantz. ¿Polémica o exageración?

Parece ser que el final de Gantz dio que hablar porque se explica en unas pocas páginas toda la verdad de lo que es Gantz y a muchos esto no les satisfizo. ¿Tantos cientos de páginas, seis mil, para que todo se resuelva así?

Os cuento está explicación y quien la hace.

Resulta que ya casi al final, todos los miembros de Gantz, los que llevan en ese momento el uniforme negro característico de las diferentes secciones nacionales, son teletransportados a la llamada «La habitación de la verdad», allí unos entes alienígenas, transformados en unos gigantes humanos grotescos, con cabezas que les salen de aquí y allá, les confiesan que ellos, esos aliens, son los que proporcionaron a los humanos las esferas Gantz.

Bueno, en realidad, les proporcionaron las instrucciones para hacerlas y unos seres humanoides que iban dentro y que son los que hacían de interlocutores de los humanos con los entes, que son los que proporcionaban las teletransportaciones, vidas, armas y demás.

¿Y todo para qué? Para que la humanidad tuviera una oportunidad en la lucha que se avecinaba contra una avanzada civilización extraterrestre que iba hacia la Tierra para invadirla y destruir a los que allí la habitan. Al parecer, estos entes provienen de un sistema solar que fue atacado por los aliens que ahora atacan la Tierra, pero ellos consiguieron rechazarlos.

¿Y qué paso en nuestro planeta con esa tecnología caída, literalmente del cielo? Pues que los millonarios de la tierra quisieron aprovechar todo aquellos para organizar apuestas.

Los entes, les confiesan todas estar verdades, además de decirles que los humanos para ellos no son más que unos cagarros, unos meros objetos que para ellos no tienen importancia. Ah, y que Dios no existe.

Y toda esa explicación, como de Deux ex machina, es lo que ha soliviantado a parte de los fans de este manga.

A mí, sinceramente, la explicación inicial me resultó bastante coherente, aunque algunas cosas quedan sin aclarar cómo por ejemplo: ¿de dónde salen todos esos aliens del principio con los que tienen que luchar, si se supone que todo es un juego de apuestas de los millonarios terráqueos? ¿Acaso podían crear aliens para enfrentarlos a los humanos? ¿Qué sentido tiene que los entes dejen hacer eso a los millonarios cuando se supone que todo pasa primero por ellos?

Otra cosa incoherente es que esos entes consideran a los humanos como poco menos que cosas prescindibles. Si tanto es así, ¿Por qué ayudarlos entonces contra los extraterrestres de la nave nodriza que invade la Tierra?

Cómic Gantz
Sí, bueno, el extraterrestre ese grandote con la cabeza volada por un disparo es lo más ligero que vais a ver de muertes en Gantz.

Lo único malo que veo en ese episodio de la llamada habitación de la verdad es que está muy mal desarrollado, con mucha lágrima, otra vez, mucha pasión desbocada y poco diálogo de calidad que hubiera dejado más claro todo.

Es penoso ver cómo el autor se saca de la chistera otra resurrección de Reika y otras dos chatis sólo para mostrarlas despelotadas, para matarlas a los dos minutos de la forma más horrible.

De nuevo el martirio de personajes (sadomasoquismo nipón) a los que somete durante toda la obra a los personajes, haciéndoles toda clase de perrerías que te deja agotado como lector, incapaz ya de digerir más jadeos de sufrimiento, lloros, lagrimones y gritos de Tae y Kai llamándose una y otra vez.

De verdad, se hace muy cansino, tanto que deseas que revienten de una maldita vez para que se acaben tantos dramas de telenovela.

¿Y cómo termina todo? Pues la nave nodriza extraterrestre se destruye, se mueren muchos del traje negro pero otros se salvan, entre ellos, como no, Kei y su amigo Masaru Katō, los dos amigos que iniciaron todo, cuando el segundo quiso salvar a un vagabundo que se había caído a las vías del tren y Kei lo secundó trágicamente.

Que se salven no me disgusta en absoluto, creo que es un buen punto para el autor. Al final, después de todo lo que han pasado, logran salvarse y juntarse con sus amados: el hermano de Kato y la inefable Tae.

Y todo, como no, regado con una buena ración de lágrimas.

Conclusión

En conclusión, es verdad que Gantz es un cómic absorbente y que el autor sabe manejar la acción de forma sorprendente para dejarte pegado a su historia. Una historia, que todo sea dicho, no deja de ser muy simple, que los personajes, salvo Kei, no tienen desarrollo y que a veces las tramas parecen repetirse.

¿Me ha gustado? Pues si habéis leído esta entrada ya supondréis que muy satisfecho no me dejó, pero se reconocer que Gantz puede pasar por un gran cómic si no profundizas mucho en su interior, si es así irás descubriendo el cartón y hasta puede que llegues a desilusionarte.

No obstante, recomiendo que lo leais si tenéis la ocasión, porque es verdad que este manga ha tenido mucho éxito y tiene una legión de fans que la adoran a rabiar. Quien sabe, quizás tú seas uno de esos y sepas degustar en su justa medida este cómic que yo no he podido apreciar del todo.

Interacciones con los lectores

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